jueves, 13 de noviembre de 2008

La odisea de ir al cine

El cine es uno de los medios de distracción más populares en la actualidad. Para quienes viven en las principales ciudades del país, el séptimo arte es un pasatiempo diferente y ameno, que pueden compartir con sus amigos o solos para despejar la mente de una ardua semana de trabajo.


Durante 90 minutos, los espectadores pueden presenciar historias amorosas, cómicas, terroríficas, pasionales o de acción, que los desconectan de la realidad. Pero llegar a la butaca es lo que es complicado.

En Caracas, ir al cine resulta una odisea inimaginable. A pesar de contar con más de 100 cines en su haber, las salas continúan siendo insuficientes, sobretodo si vas un lunes o un jueves económicos. Todavía no se sabe a ciencias ciertas, si ver una película en la capital es un medio de diversión y una forma de eliminar el stress, o la manera de obstinarse más costosa que existe.


Primero que nada, los cines decentes solo están en los centros comerciales así que si tienes carro debes empezar por hacer la cola para entrar. Después hacer otra cola en la taquilla para comprar los tickets. Incluso, si reservas por teléfono, supuestamente para no tener que hacer cola, hoy en día la cantidad de personas que lo hacen son tantas que terminan formando una cola para retirar la entrada con el localizador. Ahh porque como ahora todo se paga con tarjeta el proceso quita más tiempo.

Luego, hay que comprar golosinas, porque cine sin golosinas no es cine. Por supuesto también hay cola. No se sabe si los cajeros son demasiado lentos o que los clientes llegan a la caja sin saber que van a ordenar. Por último, hay que hacer una cola para entrar a la sala. Cuando logras pasar, unos se atropellan a otros porque nadie quiere ver la película desde las primeras filas, pues en vez de relajarte saldrás con torticulis.

Pero eso no termina allí, al terminar de disfrutar la historia, tienen que esperar para salir de la sala, pagar el estacionamiento y salir del mismo. Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, los caraqueños prefieren arriesgarse y seguir yendo al cine en busca de una sensación única que le otorga la pantalla gigante.


Es que la cinematografía se hizo para ir al cine, no para comprar copias piratas ni alquilar la película original en la tienda de videos. Anímense a vivir la experiencia y vayan a ver: Espejos siniestros. Aquí les dejó un abre boca....

Trailer de Espejos Siniestros

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